lunes, 8 de junio de 2009

Capítulo 20

LA DISCUSIÓN (XX)

Pero bueno, al fin y al cabo todo pasó y fue una discusión más como las que tiene cualquier pareja. Me acuerdo que Pablo llevaba toda la semana sin quedar conmigo. Yo sabía que su amiga María, que se conocen desde siempre, estaba pasando por un mal momento, pues su novio de siempre había roto con ella. El caso es que yo tampoco le dije nada por eso. Pero al de unos días, yo tenía que ir al hospital, por unos análisis y el me dijo que me podía acompañar, pues tenía que trabajar. El caso es que cuando yo volvía del hospital, andando en vez de coger el autobús, me encontré a Pablo en un parque, sentado en un banco junto a María y a punto de besarse. Lo primero que se me ocurrió fue ir a donde ellos y gritarle a Pablo que me alegraba de que no tuviera tanto trabajo. Los dos botaron del susto… el caso es que me fui directamente a mi casa, tan furiosa como nunca lo había estado. Antes de llegar, Pablo me alcanzó, claro y entonces la discusión fue tremenda….
- Espérate, Lucía, espérate.
- Pablo, haz el favor de dejarme en paz ahora mismo sino quieres que te vuelva la cabeza de una bofetada!
- Lucía, escúchame, por favor, te juro que lo que has visto no es lo que parece…
- ¡¿Pero cómo tienes la cara de decirme eso?! Parece que no me conoces… Vete, Pablo, te lo estoy diciendo de verdad, no quiero verte, así que suéltame y vete. –Pablo, que me estaba agarrando del brazo me soltó.-
- Está bien, te suelto, te suelto, pero por favor, escúchame. María me engatusó, no me he dado cuenta, de verdad, sólo quería ayudarla.
- Bueno, pues parece que tenemos maneras distintas de entender la ayuda. Y no quiero estar con una persona que me miente y encima se queda con su “pobre amiga” besándola en un parque!
- ¿¿Quieres escucharme?? ¡¡Te digo que yo no me di cuenta!!
- ¡¡Pues haber prestado atención!! ¡¡Y no, no quiero escucharte!! ¡¡No quiero verte, ni oírte ni sentirte, así que no vuelvas a acercarte!! –Para ese momento los dos estábamos tan alterados que nuestras caras temblaban de la furia. Mientras me giraba hacia mi casa aún alcancé a oírle:-
- ¡Pues no me importa lo más mínimo lo que quieras o no! ¡Pensé que confiabas en mí! –Ya no le escuché más… no me interesaba.-
Llegué a casa hecha una furia y lo primero que se ocurrió fue llamar a Carol, que vino enseguida a mi casa.
- ¡Lucía! ¿Es que algo fue mal con los análisis?
- No, Carol, no, los análisis no me importan los más mínimo… es por Pablo. Carol, acabamos de discutir… lo odio, te lo juro, ¡lo odio!
- Pero qué dices, Lucía, tú lo quieres más que a nada…
- ¡No, Carol, no! Me ha engañado, ¡me ha engañado!
- ¿¿Cómo?? ¿Cómo que te ha…?
- Con María, con María… -En ese momento no podía más así que no hice más que echarme en los brazos de mi amiga y llorar como una desconsolada… Ella trató de consolarme, hasta que pude contarle.- Hoy el no me acompañó al hospital, porque según me dijo, tenía que trabajar. Pero cuando venía del hospital, al cruzar por el parque verde, lo vi, con María en un banco a punto de besarse…
- Bueno, Lucía, cálmate, igual no te ha engañado…
- ¿¿Bueno y qué?? ¡Si no lo hizo estaba a punto de y lleva toda la semana dándome excusas para no quedar conmigo!
- Trataba de ayudar a María…
- ¡No me la nombres! Carol, no me la nombres… -Ya no podía ni tragar mis lágrimas. Y ella trataba de ayudarme.-
- Está bien, está bien, mira, Lucía, yo voy a hablar con Sergio… él sabrá lo que ha pasado.
- No, no quiero saberlo. No quiero que le digas nada ni volver a oír su nombre.
- Bueno, yo hago lo que tú quieras… pero espero que hagas lo mejor, Lucía sabes que yo quiero que estés bien…
- Lo sé, Carol, por eso te llamé, sé que puedo contar contigo… me siento muy mal, Carol, no te imaginas, no sabes lo que es sentir que te apuñalan por la espalda… encima quién tú más quieres…
- Tranquila, yo estoy contigo, tranquila…
Estuve unos días sin saber nada de Pablo, pues tampoco quería. Él tampoco hizo ningún esfuerzo por arreglar las cosas conmigo, así que tuvieron que ser Carol y Sergio… Tras unos días, ella me invitó a ir al cine y cuando aparecimos también estaban Sergio con Pablo… Obviamente él tampoco sabía nada y tuvo tantas ganas de quedarse como yo. Pero Carol y Sergio nos pidieron que nos quedáramos. Al final, los cuatro nos sentamos en un café y los que más hablaron fueron Carol y Sergio.
- A ver, Lucía. Sé que estás muy enfadada con Pablo, lo sé, pero por favor, escúchame a mí un momento. –Carol me miraba a la cara mientras hablaba y yo no pude más que escucharle… -El otro día Pablo sólo fue con María porque ella se lo pidió, se lo rogó, pero él no te mintió, pidió salir un tiempo, porque María necesitaba hablar con él y yo he hablado con María, Lucía. El caso es que María poco a poco fue acercándose a Pablo… sin que él se diera cuenta.
- Bueno, entonces, si yo no hubiera llegado, ¿la habría besado?
- Bueno, es mejor que ahora os quedéis hablando vosotros. Estaremos dando una vuelta por el centro comercial.
Carol y Sergio se fueron y nos dejaron a Pablo y a mí sentados en una mesa, lo más separados posible.
Marcos ya tiene hambre, así que será mejor que deje mi mundo de pensamientos y le prepare su merienda… Al verlo me hace pensar… sé que todavía no es tiempo de eso, pero… ya quiero saber cómo será, a quién se parecerá… yo espero que a Pablo, por supuesto.. pero una mezcla de los dos estaría bien... quiero sentirlo mío… verdaderamente mío, de hecho ya empiezo a hacerlo… y es maravilloso. Es que me pongo a pensarlo y no me lo creo… un bebé, ¡un niño dentro de mí! Que se irá formando, que irá dando pataditas para mostrar su presencia y que luego me dará todo el cariño posible y más… y sólo de pensarlo me pongo contenta… ¡con ganas de gritar! –Siento que la felicidad me inunda por dentro por momentos… unos momentos intensos.- Ya están listas las frutas para Marcos, así que se las comienzo a dar y ahora es él el que se pone contento… pero como todos los niños, enseguida se cansa y tengo que empezar a hacer las tonterías del avión que hace todo el mundo. Pero a mí me gusta, me gusta mucho. Después de dar de merendar a Marcos, lo saco un poco a la calle, no es bueno que esté siempre en casa, así que me lo llevo al parque y termino de acordarme de la pelea con Pablo…

2 comentarios:

  1. Hola Ainhoa, ¿Como estás? Hace tiempo que no sabía nada de ti. No se si te acordarás de mi, pero, escribimos juntos con otros autores "Vivir de Verdad." Espero que sigamos en contacto. Yo tengo un blog, por si acaso, te interesaría visitar: http://chicaswebnovela.blogspot.com

    Saludos,

    Renzo

    ResponderEliminar
  2. Hola!! Jo, leí ésto hace muchísimo tiempo (pero mucho, mucho), en un foro, y me encantaba. Ahora me acabo de leer los 20 capítulos, y espero que vuelvas a publicar más, porque me ha encantado, tanto o más de lo que me gustó en su día.

    Saludos!!

    ResponderEliminar